Echar tanto de menos a alguien nunca estuvo entre mis planes…
Pensé que desde terminar con aquel tempestuoso caos que
amenazó y logró descomponer un poco más mi salud, iba a tener un buen tiempo de
relajación, de soledad, de reflexión, para pensar en qué iba a hacer de mi vida
y para ver si podía reparar un poco todo el daño que había hecho, no tanto a
los demás como a mí, y asumir de mejor manera las consecuencias de mis acciones.
Pero no fue así; es normal que las cosas no salgan
precisamente como uno las tiene presupuestadas, a la vida le gusta poner sus
modificaciones y ponernos a prueba, dejándonos en la tarea de sortear nuevos
obstáculos para que nuestra existencia no simplemente suceda, sino para que
logremos dejar nuevas huellas a medida que pasan los días, para que así no
seamos simplemente juguetes de un destino mal fabricado. La vida, la buena
vida, la felicidad, lo que en realidad queremos, cuesta, cuesta trabajo, cuesta
lágrimas, cuesta enormes heridas y esfuerzos… cuesta mucho más de lo que
pensamos, y cada día el precio es más caro porque las recompensas se van
tornando mayores.
Y tuve que adaptarme sencillamente a ver cómo, con una
conversación, con una mirada, con una que otra palabra bien dicha y en momentos
precisos, se empezó a iluminar mi existencia con la aparición de una nueva
estrella. Y esta sí que estaba lejos! A miles de kilómetros de mi alcance, pero
era posible conquistarla.. al menos para mí, mi corazón y mis sueños me alentaban. Sin darme cuenta, cada vez me acercaba más a ella,
hasta que logré verla y sentirla en toda su plenitud y dije: esta es mi
estrella, tiene que ser para mí, debo llegar a ella, adorarla y protegerla, y
amarla con toda la capacidad que tiene mi corazón. Y no me di cuenta de en qué
momento todo esto sucedió, porque llegó como una brisa cálida y leve que solo
empecé a disfrutar reservadamente, como un suspiro del otoño, hasta que, luego,
me daba cuenta de cómo ese aire, esa inspiración, estaba entrando lenta y
armoniosamente en mi vida, encantándome con todos los colores de un arcoíris
con los cuales, tomando de nuevo la tarea del artista, pinté la loable
hermosura de un amor, y este mismo fue bien recibido por mi estrella.
Y ahora vivo en pos de la misma, pues me he dado cuenta de
que él es lo único que falta para que mi felicidad sea completa. Tendré que
luchar y pasar sobre muchos obstáculos, lo sé, pero me complace salir a la
batalla para, al final de este camino, tener la fuerza suficiente para merecer
estar con él, para compartir toda mi vida con él, y poder desde el cielo deleitarnos
de toda la maravilla del mundo, y que nadie, desde allí, y ya desde ningún
lugar, pueda arrebatarme de su lado. Al fin y al cabo, es como si él fuera mi
propia vida y, sin duda, estaría dispuesta a dar mi existencia y hasta mi alma por
él, por él y su felicidad, pues él ya constituye la mía.
TE ADORO, AMOR! HARÉ HASTA LO IMPOSIBLE POR ESTAR CONTIGO,
QUIERO PASAR EL RESTO DE MIS DÍAS A TU LADO, QUIERO QUE VIVAMOS EN LA REALIDAD
TODO LO QUE HEMOS IMAGINADO. PODRÍA, SIN DUDA, DARLO TODO POR TI; ERES LO MÁS
HERMOSO QUE ME HAYA DADO LA VIDA… TE AMO!
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